Como contraste al proletariado industrial, se fortaleció
el poder económico y social de los grandes empresarios, afianzando de este modo
el sistema económico capitalista, caracterizado por la propiedad privada de los
medios de producción y la regulación de los precios por el mercado, de acuerdo
con la oferta y la demanda.
En
este escenario, la burguesía desplaza definitivamente a la aristocracia
terrateniente y su situación de privilegio social se basó fundamentalmente en
la fortuna y no en el origen o la sangre. Avalados por una doctrina que
defendía la libertad económica, los empresarios obtenían grandes riquezas, no
sólo vendiendo y compitiendo, sino que además pagando bajos salarios por la
fuerza de trabajo aportada por los obreros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario